Tengo el gusto de presentar hoy la primera de una serie de entrevistas que me han encargado para el proyecto tanyible. Soy la becaria. Qué tal. La serie tendrá como protagonistas a los opinólogos del mundo del libro y sus alrededores, muy en particular los que campan por el ciberespacio —ello si se dejan, que podría ser que no, estaba yo ahora pensando y así se lo cuento, tal cual, total, para lo que me pagan; no tengo por qué parecer normal.
Empezamos la prometedora —igual cobro algo un día de estos, no hay que perder la fe— serie con la inefable Sargento Margaret —me pillaba al lado; tampoco hay para taxis— de Patrulla de Salvación. Y fue difícil mantener el tipo, créanme; no llegó a darme un guantazo, pero casi. Cómo bebe esta señora, el saque que tiene. Qué profesión he elegido, esto es alto riesgo y no ser librero, que decía uno. No deja títere con cabeza.
Aquí se la dejo. Compártanla en facebook, twitter, menéame y lo que haga falta, empaticen y simpaticen, no vaya a cerrar esta gente por falta de audiencia; dónde podría ir yo, entonces.
Quería empezar hablando con usted precisamente del reciente fallo de los premios Planeta 2013. ¿Cómo valora que una colaboradora de Jot Down, Ángeles González-Sinde, haya sido la finalista? ¿Cree que el Sr. Lara tiene puesto el ojo a los nuevos talentos que estamos descubriendo en nuestro magazine?
Empezamos mal, señorita. ¿Esto es una pregunta o un ejercicio de autobombo que se ha traído ya dictado?
Bueno, yo…
Compruebo y celebro que está usted muy contenta por el hecho de que una colaboradora de la revista en que hace sus prácticas haya sido finalista de un premio. Con su pan se lo coma. Perdóneme, pero si la entrevista va a continuar por estos derroteros, me lo dice y yo, sin que usted se me ofenda, me marcho. Que tengo mucho que hacer.
¿Pero qué le parece la ganadora? ¿Ha leído alguno de sus libros?
Que yo sepa, hasta la fecha, la señorita González-Sinde sólo ha editado libros infantiles. Siento confesar —una es siempre muy honesta—que no he leído ninguno de ellos. Reconozco mi laguna intelectual. Le juro que esto no volverá a ocurrir. Es su primera novela y, como no formo parte del jurado del premio, no he tenido la suerte de leerla.
Es bien sabido que las que leen son las mujeres, usted es un ejemplo. ¿Es casual que esta tendencia en los colectivos más lectores coincida con el género de ambas premiadas?
Eso no tiene nada que ver. Es una estupidez pensar que las mujeres sólo disfrutan leyendo libros escritos por mujeres. No sé si es usted idiota o simplemente misógina. Y no sé qué es peor. ¿Las preguntas que quedan son todas así? Le repito que tengo un día muy ocupado y…
¿Son ciertos los rumores de que la Sargento Margaret es en realidad una de las editoras de Planeta? ¿En qué mesa la colocaron en la gala?
Para estar al nivel de sus preguntas le iba a responder que efectivamente me colocaron en una mesa, pero bajo el mantel.
No tengo absolutamente nada que ver con editorial alguna. Lo he dicho en repetidas ocasiones; las patrulleras y yo somos simplemente aficionadas a la lectura que nos sentimos estafadas por editores, críticos y periodistas. En lugar de hacer viajes con el INSERSO, preferimos hacer algo bueno por la sociedad y luchar para defender la buena literatura y la cultura, la de verdad.
Escribiste una distopía en la revista editorial TRAMA & Texturas en la que contabas el estado del sector editorial dentro de 20 años. Hay muchas referencias claras en el texto, pero ¿a quién señalabas con lo de La generación del encefalograma plano?
De entre los escritores buenos que hay en España, el más joven tiene 50 años y se llama Antonio Orejudo. Por debajo de esa edad, todos dejan bastante que desear. En nuestro blog hay estudios sociológicos y antropológicos que demuestran que las generaciones de escritores jóvenes —por falta de preparación y de carácter, fruto todo ello de una deficiente educación— no están capacitadas para escribir buenas novelas.
Es conocida la fijación que tenéis las patrulleras con La generación Nocilla. En su opinión, ¿esta generación ha sido prefabricada como los grupos musicales adolescentes tipo Onedirection por las grandes editoriales o es todo un maléfico plan de Fernández Mallo y Jordi Carrión por conquistar el Hall of Fame de la literatura hispana?
La generación Nocilla —orquestada por Fernández Mallo, Fernández-Porta y Mora— merece el primer premio del certamen internacional de Marketing de Cannes. Esto es como vender botellas vacías haciendo ver que se trata de aire puro embotellado. La operación Nocilla me parece admirable por lo que tiene de asalto al poder. Pero a nosotras no nos engañan.
Si las patrulleras están tan interesadas en la defensa de la lectura y la buena literatura, ¿por qué no se habla nunca de poesía en su bitácora?
Es porque respetamos mucho la buena poesía que no nos ocupamos del asunto. Además los farsantes en el campo de la poesía quedan en evidencia sin necesidad de que nosotras señalemos su impostura. Pero, ahora que hago memoria, no es cierto eso que dice. Hace más de un año sí nos ocupamos de una antología poética liderada por la inefable Luna Miguel (aquí). Joven, podría usted haber preparado un poco mejor la entrevista; digo yo, ¿no?
¿Cuáles son los autores internacionales VIVOS que más le interesan a la Sargento? ¿Y de los autores patrios?
Lo más interesante, de entre los escritores vivos, lo está haciendo hoy Julian Barnes, Martin Amis, Vargas Llosa, Peter Stamm y, claro, Jonathan Franzen (el mejor autor vivo). En España, ahora mismo, no hay nada interesante. La última buena novela que he leído es La noche de los tiempos de Antonio Muñoz Molina. Y de esto hace ya más de 4 años. Con eso se lo digo todo.
Es bien conocido su interés por Muñoz Molina. ¿Qué le pareció el turbio asunto en el que el académico Luis María Ansón desveló que era al ganador del Príncipe de Asturias antes de que se reuniese el jurado?
Pues que todo lo relacionado con los premios literarios es puro mamoneo. Pero de esto no tuvo culpa alguna el escritor. Aquel fue indudablemente un premio muy merecido.
¿De qué se ha hablado en la Feria del Libro de Frankfurt?
A la feria del libro se acude a dejarse ver. Si no vas, dejas de ser alguien en el mundillo literario. Esto rige sobre todo para editores y agentes literarios. Los grandes acuerdos se cierran previamente a la feria, por internet. Por eso la feria se ha convertido en un escaparate más que en otra cosa. Como los asistente no tienen realmente que trabajar, las juergas nocturnas suelen ser monumentales. Hay un mercado, el de la carne humana, que sigue siendo importante en la feria de Frankfurt. Ligar es la actividad a la que con más ahínco se dedica la mayoría. Hay parejas que sólo se ven una vez al año, en la feria de Frankfurt. El resto del año, cada uno en su casa, son fieles a sus respectivas parejas. Es muy curioso.
Amazon aparece y reaparece como la bestia negra del sector librero; ¿no hay que agradecerle que le haya puesto las pilas a las grandes editoriales?
Amazon e internet (o lo digital) tienen sus cosas buenas y sus cosas malas. Es cierto eso que usted dice —le felicito, la calidad de las preguntas está remontando—. Internet y Amazon han puesto en evidencia los altísimos márgenes que algunos intermediarios se llevan dentro de la cadena del libro. Otro día le hablo de las cosas malas.
El libro electrónico parece la eterna promesa, pero lo cierto es que se vende poquísimo. ¿Cuáles son las causas?
Hoy, a finales del año 2013, se puede afirmar que no va a ocurrir con el libro en papel lo que ocurrió con el cine y con los CDs de música. A diferencia de los soportes antes mencionados, el libro físico sobrevive. Perdón: goza de una envidiable salud. Los cientos de millones que la multinacional Random House ha facturado gracias a 50 sombras de Grey no provienen de la descarga legal de la versión digital precisamente. Cuando un libro gusta —independientemente de su calidad, que ese es otro asunto— el cliente quiere tenerlo. Lo que ocurre es que las editoriales no dan casi nunca en el clavo. Pero eso es debido a que los que deciden lo que se edita y lo que no son muy malos profesionales.
¿Se puede entender como piratería que daña al autor que alguien se descargue un fichero con 5.000 libros?
Uno de los principales motivos por los cuales hoy no somos capaces de identificar qué es piratería y qué no es la utilización torticera que autores y editoriales hacen de ese asunto. Son ellos los que para justificar sus bajas cifras de ventas argumentan el daño que la piratería les hace. Y con las ventas en papel de 50 sombras de Grey o de El tiempo entre costuras —que sigue estando, 3 años después de su publicación y con más de 2,5 millones de ejemplares vendidos, entre los 100 libros más vendidos por los libreros españoles— se ha demostrado que la supuesta piratería no es lo que hace bajar las ventas. El que se descarga un fichero de 5000 libros comprará la última novedad si tiene dinero y si le parece que satisface sus expectativas como lector. Es verdad que con la crisis ya no se compran como sí se hacía antes tantos libros que luego no eran leídos. Ahora se selecciona más y el cliente se piensa dos veces si realmente va a leer el libro y, sobre todo, se fía uno mucho de las recomendaciones fiables. Pero vuelvo a lo mismo: si los editores hicieran su trabajo y analizaran con detenimiento lo que el lector quiere, no tendrían tantas devoluciones de las librerías.
Parece decepcionada con los cambios en Anagrama; ¿a qué es debido?
La entrada en el capital de la editorial barcelonesa de Feltrinelli (grupo editorial italiano) ha hecho que los criterios empresariales, como es lógico, se impongan a los literarios. Eso no nos parece mal. Anagrama, desde el punto económico, no era viable, y había que hacerla rentable. Para ello era necesario editar libros más comerciales. El error de don Jorge Herralde ha sido querer utilizar el prestigio de las colecciones anteriores para comercializar estos nuevos títulos. Si hubiera creado una nueva colección para sacar esta literatura más vendedora, no hubiéramos puesto ninguna pega. Pero mezclar en la misma colección (la de los libritos amarillos) a Nabokov con Giorgio Faletti (que fue cómico en los programas de Rafaella Carrá) es una traición que los que hemos seguido (y comprado) sus libros durante más de 40 años no merecíamos.
En su opinión, ¿quien estará activo más tiempo Bernie Ecclestone, Emilio Botín o el editor de Acantilado Jaume Vallcorba.
Jaume Vallcorba —entiéndaseme bien— es un monstruo de la edición. Lo que ha conseguido con Acantilado tiene mucho mérito. A la larga, personas como Vallcorba hacen más por un país que banqueros como Botín. A la larga y a la corta, qué coño.
¿Quién es el mejor editor del momento en España?
Manuel Borrás, de editorial Pre-Textos
Recientemente, la asociación ARCE, que reúne al conjunto de revistas de gran calidad que ni compra nadie ni nadie lee, le han dado subvenciones a fondo perdido por importe de casi 50.000€. ¿Para cuándo subvenciones a revistas culturales que se leen, como por ejemplo Orsai, que llegaba a los confines del planeta y que sin embargo se ha visto abocada al cierre?
¿Quién decide en España y en Latinoamérica qué es cultura y qué merece el apoyo del estado? Hasta hace poco todo estaba en función del grado de amistad o de afinidad ideológica que había entre el director de la revista y el partido en el poder. Digo hasta hace poco porque ya no hay casi dinero para repartir. De todos modos: ¿sabía usted que hace un año el Ministerio de Educación concedió más de 20.000€ a la editorial Planeta para editar, entre otros, el último libro de Enrique Vila-Matas? Así lo contamos nosotras (aquí) el 19 de diciembre de 2012.
Con el boom de la autoedición parece que hay más escritores que lectores en España. ¿Cualquiera puede escribir un libro? ¿Qué recomendaciones son de fiar actualmente? ¿Babelia, El Cultural?
Es usted bastante mala haciendo entrevistas, perdone que se lo diga. Me está mezclando dos asuntos capitales y totalmente distintos en la misma pregunta y… Pero bueno, haré lo posible por responderle. Desde siempre cualquiera ha podido escribir un libro. Otra cosa es el asunto de editarlo. Antes de la edición digital era más difícil y costoso editar. Ahora cualquiera puede hacerlo y, además, con facilidad. Por eso hoy son más importantes que nunca los editores. Porque eran los que cribaban, los que en función de criterios profesionales seleccionaban qué debía ver la luz en forma de libro. Pues fíjese en la malísima situación en que nos encontramos. Hoy que los buenos profesionales de la edición hacen más falta que nunca, vamos a buscarlos y ¿con qué nos encontramos? Pues con una panda de snobs y letraheridos que no saben lo que el cliente necesita y que desprecian al lector medio por consumidor de best sellers (algo que los editores consideran basura). Salvo excepciones —me sobran dedos en la mano derecha para contarlos— no tenemos editores como Dios manda en España.
Ni Babelia ni El Cultural. Pero ¿en qué país vive usted, alma de cántaro? Sólo hay dos críticos de los que hoy se puede fiar un buen lector: Robert Saladrigas y José María Guelbenzu. Fuera de esos dos, olvídese.
¿Qué hace el editor sudamericano al que echaron de Planeta merodeando continuamente por el stand de Planeta?
¿No ve? Para ese señor la feria de Frankfurt sí que podía ser productiva. Dejarse ver por allí era una manera de mantenerse en el mundillo y de buscar oportunidades. Para eso sirven hoy las ferias de libros internacionales. Para eso y para poco más.
¿Qué blogs del sector editorial consultan las patrullera para estar bien informadas?
Fuera de España: Galley Cat; el blog de libros del The Guardian; Page Turner,el blog de libros del The New Yorker; el blog de Publisher Weekly, Idealog, de Shatzkin. En España: La Medicina de Tongoy, Valor de Cambio, Literaturas Noticias y la página de Pocoyo.
Podría recomendarnos cada una de las 4 patrulleras un libro…
Somos tres desde que Josephine se dio a la fuga. Dejó embarazada a una agente literaria o una agente la dejó a ella… No lo sé bien; esa es otra historia, en cualquier caso. Pero, como a pesar de lo mala que ha sido la entrevista me ha caído usted simpática, yo le daré dos títulos, detrás de Samantha, que se queda con Libertad, de Jonathan Franzen; y Daphne, que elige El Amor en los tiempos del cólera, de Gabriel García Marquez; servidora: Ana Karenina, de Lev Tolstoi, la mejor novela de todos los tiempos, y Doctor Zhivago, de Boris Pasternak.
Fotografía: Jorge Quiñoa
“Hoy que los buenos profesionales de la edición hacen más falta que nunca, vamos a buscarlos y ¿con qué nos encontramos? Pues con una panda de snobs y letraheridos que no saben lo que el cliente necesita y que desprecian al lector medio por consumidor de best sellers (algo que los editores consideran basura). ”
O ‘profesionaleS’ como los que van a dar clase al Máster de Edición de la Universidad Autónoma de Madrid, y que en realidad no tienen ni puta idea de nada y están allí para darse el pisto…