Dicen los psicólogos que la memoria es creativa, que a partir de situaciones o creencias presentes reinterpretamos nuestro pasado dándole un sentido: como si cada decisión, cada error y cada golpe de azar en realidad formara parte de un plan invisible para llevarnos a donde estamos. En esta ilusión de la mente hay personas que prefieren ver una mano sobrenatural cuyos caminos nos resultarían inescrutables, hasta que echamos la vista atrás y vemos que todo ha sido como debía ser. Una de ellas es la ilustre primatóloga Biruté M. F. Galdikas. El plan divino establecía que ella debía acabar dedicándose al estudio de los orangutanes ¿Que resulta que sus padres eran de Lituania y allí no hay de eso? Pues se coge el el planeta y se agita lo suficiente hasta que acabe cayendo en la casilla correcta.
De manera que el pacto germano-soviético al comienzo de la Segunda Guerra Mundial lleva a la invasión soviética de Lituania, que obliga a los padres de Biruté a emigrar a Berlín. donde nacerá ella. Pero posteriormente los aliados del pacto Ribbentrop-Mólotov se convierten en enemigos y la guerra los fuerza de nuevo a emigrar, esta vez a Canadá. Desde allí se trasladarían más adelante a Los Ángeles, donde nuestra protagonista estudiará antropología y, por una serie de casualidades, acaba conociendo al paleontólogo keniata Louis Leakey, que necesitaba a alguien para estudiar a los orangutanes en Borneo y acaba fijándose en ella. De manera que si todo correspondía a un plan del Gran Arquitecto, entonces, tal como decía Einstein, Dios no juega a los dados con el universo, en realidad prefiere el billar, y no hay carambola lo suficientemente complicada para su divino taco.
Todo esto lo cuenta ella en un libro recientemente publicado en España por Pepitas de Calabaza, una editorial que dice tener «menos proyección que un cinexín». Mentira podrida. La edición es excelente, a la altura del contenido; estamos ante una científica con un apreciable estilo literario, unido a una gran capacidad divulgativa: lo mismo habla de darwinismo, del estilo de vida occidental, del movimiento hippie o de las peculiaridades culturales de Indonesia. Y, por supuesto, escribe, mucho y bien, sobre orangutanes. Es la mayor experta mundial en estos animales que, junto a los chimpancés y los gorilas, son lo más parecido que tenemos a una familia en este planeta. Conocerlos a ellos es también conocernos a nosotros mismos.