1. Arrebato editorial publica con esmero este pequeño poemario de Teresa Soto: Nudos. Arrebato editorial es un proyecto de Arrebato Libros, esa maravillosa librería para los frikis de la poesía como yo, en el número 21 de la calle La Palma. El proyecto es pequeño, pero edita muy bien —salvo Ajo, que a mí me da un poco de rabia (un poco por llevarle la contraria a todo el mundo)—. Tenemos a la maravillosa María Salgado con su Ready, por ejemplo, o ahora a la incombustible María Eloy García, que publica Cantos de cada cual, bien, muy bien. Nudos ha salido en una colección cuidada, con una tirada de 300 ejemplares numerados (el menda es el 162), con el libro en una cajita con caricatura de la autora realizada por María Bruno. La colección se llama ¡arre! y la dirige Martín López-Vega. El de Teresa Soto es el segundo número tras Circo unipersonal de Charles Simic. Se lo explico todo muy clarito para que no tengan dudas, para que no se lo pierdan.
2. Teresa Soto es de las que con leer un poema basta. Basta para saber que uno está ante una gran poeta. Leí por casualidad un poema de su primer libro Un poemario y rápidamente tuve que hacerme con el poemario entero. (Lo mismo pasó con Miriam Reyes, Esther Giménez, María Salgado). Como todo buen primer poemario está lleno de fuerza, de viveza, de imágenes poderosas. Aquí el poema que me cautivó.
IMITACIÓN DE WISLAWA
Mis hermanas no escriben poesía,
Mis hermanas no leen los periódicos
ni se ponen sombreros
ni saben a las cinco de la tarde
que son las cinco de la tarde.
Yo no soy Wislawa Szymborska,
no soy Marina Tsvietáieva
y no soy Hölderlin.
No soy ninguno de los tres
y no quisiera ser los tres a la vez.
Mis vecinos no saben que escribo,
les agradezco que no lo sepan.
No lo saben y no me leen
y a mí me gusta que no me lean.
Gracias a que no me leen
no pienso nunca en qué pensarán
mis vecinos de mis versos.
La ciudad donde vivo no es silenciosa
así que en mis versos no está el silencio
de mi ciudad.
Mi portero no sabe pronunciar mi nombre
y no lo pronuncia por las mañanas
cuando se sacan los nombres
a pasear atados a una correa de saludos.
Así que no oigo mi nombre cada mañana.
De tanto no oír mi nombre
empecé a pensar que no lo había tenido nunca
¿Se puede perder un nombre?
Yo no necesito mi nombre para escribir,
así que no lo escribo.
Esto es una imitación.
Para una imitación
sólo sirve el nombre de otro.
3. Pero avancemos hacia Nudos, hay un segundo libro previo a este: Erosión en paisaje publicado por Vaso Roto. Atención, lanzo un dogma: todo segundo libro de un buen poeta parecerá peor pero será mejor. Pasa siempre, en los segundos libros los poetas suelen arrasar con el desparpajo, la floritura, el verso chulería que epata y queda todo mucho más árido, despojado, pierde en espectacular pero suele ganar en profundidad, lo que al final, se agradece. En Erosión en paisaje ya vemos el acercamiento a la temática del dolor que también aparece en Nudos.
4. En Nudos, Teresa Soto se adentra no en el dolor, el miedo, la queja sino en el Cultivo (así se llama la primera parte del poemario) de ellos por parte del ser humano, que es, nosotros. Son poemas breves y hondos, pequeños como una aguja, con la capacidad de horadar y entrar más allá de la epidermis. Veo en Nudos también cierto reflejo de aquel primer libro, sobre todo en los comienzos de los poemas con unos versos semiaforísticos. El miedo,/ animal al que se le acaricia la cabeza/ temiendo por la mano. O por ejemplo: El cansancio/ es abrigo que no puede dejarse/ en ningún sitio. La imagen poderosa con el verso corto y cuasisilencioso que parece que no chilla pero que va penetrando.
Mirar la herida.
Mirarla con fijación.
Mirar
como se trata
de localizar un rostro.
Fijo.
Los ojos quietos.Mirar
como recordar un nombre,
una actividad incesante.
Pensar luego por qué de esa herida
hacia dónde sangra
hacia quién.
5. La segunda parte, tras Cultivos, es Nudos. Nudos es un diálogo, una suerte de entrevista, con dos. Dos, ellas. La una y la otra y una tercera voz, la de la poeta que pregunta. Pese a ser dos contestan juntas y son, en cierto sentido, la voz de la desesperanza. Hay cierta sensación de amenaza, es un lamento sin languidez, activo, un lamento que argumenta, un lamento que corta y sangra, un nosotros que sobrevive en el vacío.
10
Escucha, tú o tú, ¿eso que construís
es un jardín? ¿Sabréis esperar a
que se caliente y riegue la tierra?Las flores adornan nuestra impaciencia.
Encontramos filamentos
de calma por cada voluta de pétalo.
6. Se está haciendo muy buena poesía en España, poesía de nuestro tiempo con lo difícil, y lo necesario, que eso es. Nudos no habla sólo de los sentimientos, también de los mecanismos que manejamos y nos manejan en esos sentimientos. Lean.
Tenia un amigo , yo pasaba un momento tragico, me dijo de un autor mexicano no se quien,pero fue el mejor consejo que he recibido ( NO ESPERES QUE TE ADORNEN ADORNATE TU MISMO).era el final de una poesia .y asi lo he hecho.