Hubo un tiempo en el que grandes paneles de inmobiliarias nos convencieron de que hallaríamos la panacea de la estabilidad en una de sus miles de construcciones de adosados a las afueras de las ciudades. Creímos que la España de hipoteca a veinticinco años, home cinema en el salón y dos coches comprados a plazos era el culmen de ese difuso concepto al que decidimos definir como calidad de vida.
«¡Invierte en calidad de vida!» rezaba uno de esos carteles donde a veces se muestran casas paradisíacas o simplemente señores trajeados con sonrisas excesivamente blanqueadas que te miran (o más bien miraban) invitando a unirte al club de propietarios que, con suerte, podrá adquirir una segunda vivienda en la sierra o un apartamento en la costa. El letrero precisamente anunciaba la entrada al aséptico barrio de la periferia madrileña hacia el que Antonio Sáenz se dirigía para celebrar una barbacoa con unos amigos que sí habían seguido el consejo del tipo con traje. Lejos de convencerle, el eslogan inspiraría el título de su proyecto que ahora publica Varasek Ediciones en la colección On the road.
Sáenz, también conocido como Lukah Boo, cantante y guitarrista de los Happy Losers, ha compuesto catorce canciones que han dado lugar a un disco y al conjunto de relatos que conforman este libro. Esas letras con acordes y sin contexto conocido se entregaron a una serie de artistas y escritores para que imaginaran y plasmaran las historias y personajes que creían que había detrás de ellas.
Así, el creador cinematográfico José Manuel Tenorio narra las trepidantes aventuras de Los Misterios, el destartalado grupo de soul que se enfrenta a la mafia rusa que regenta una especie de Hotel Flamingo de tercera en el desierto de Los Monegros; o, bajo el seudónimo de Ennio Sotanaz, Antonio Sáenz nos cuenta las peripecias de su «Atleti» cuando el mundo era todavía analógico y los colchoneros tenían que cruzar el «Telón de acero» para jugar contra el Dinamo de Kiev.
Calidad de vida, además habla sobre los demonios de exitosos ejecutivos que recorren pasillos de aeropuertos, el desencanto con el presente de quien perdió sus motivos para seguir en él y de las historias de amor que no tuvieron final feliz. Situaciones cotidianas, hechos surrealistas, tiempos pasados y vivencias amargas que, contadas todas ellas en primera persona, dan forma a las distintas personalidades de los protagonistas de estas narraciones con las que algún lector seguramente pueda identificarse.
Un conjunto de relatos y personajes que, al fin y cabo, llevan a plantearse las dos eternas y temidas cuestiones que muchas veces olvidamos o decidimos evitar: qué es y dónde encontramos la felicidad.
-¿De dónde huyó usted?
-Yo pensé que era de dónde, pero al final resultó ser de qué.
-¿En cualquier caso de dónde era?
-De exactamente este mismo barrio. De esta misma casa, de este mismo bar.
-¿Volvió?
-Claro que volví.
-¿Por qué?
- Supongo que por el agua.
-¿Cómo que por el agua?
- Tú tienes pinta de ser un chico listo. ¿Sabes qué porcentaje de nuestro cuerpo es exclusivamente agua?
- Creo que el 70% o por ahí.
- Es todavía mayor, pero me vale. Piénsalo bien, casi todo lo que tú eres es agua.
- Sí, ¿y qué?
- A ti te parecen todas las aguas iguales.
-¿A qué se refiere?
- ¿Por qué en Madrid bebes agua del grifo y en otros sitios te sienta mal cuando a los nativos no les pasa nada? ¿Por qué la de Madrid te gusta y la de otros sitios no la toleras cuando todas son potables? Yo creo que esa es la razón por la que siempre volvemos o sentimos la necesidad de volver al sitio que alguna vez hemos sentido nuestro. Es porque el agua de ese sitio somos el nosotros que nos ha hecho ser lo que somos, para bien o para mal.
[Este original libro-disco también cuenta con las firmas de Julio Ruiz, Pepo Márquez, Javier de Torres y Ana Díaz, las ilustraciones de Miguel Ordoñez y la música y letras de Michael Carpenter.]